Este martes 28 de octubre en el Tribunal Correccional 4 de La Plata, a cargo de la jueza Claudia Elizabeth Greco, se realizó la segunda jornada del juicio oral y público que se sigue contra el kinesiólogo Matías Blanco por presunto abuso sexual simple (tocamientos) en perjuicio de tres víctimas. En los albores de la causa tramitada por el fiscal Lisandro Damonte en la UFI 1 de Cañuelas hubo otras dos denuncias que finalmente no prosperaron por encontrarse prescriptas.
La jornada abrió con la palabra de la docente S. D., la primera que denunció al kinesiólogo en abril de 2021. Su relato fue el más crudo de los que se escucharon hasta el momento. Explicó que durante la sesión del 23 de abril el imputado se colocó de pie detrás de ella, que la inmovilizó con una mano sobre un pecho y otra en la cadera, y que apoyó su zona púbica contra sus nalgas haciendo movimientos de vaivén y que incluso llegó a eyacular.
El esposo de la víctima contó que cuando su esposa volvió a la casa después de la sesión “estaba rara, absorta, no era ella, hasta que me contó lo que había pasado: que el kinesiólogo había abusado de ella. No paraba de llorar, estaba terriblemente angustiada. De a poco le pude sacar las palabras. Dijo que haciéndole algo en la rodilla la tocó de más, que luego le apoyaba el miembro, que le agarró un pecho por debajo del corpiño y que empezó a hacer movimientos como en una relación”.
El Dr. Alejandro Drago, abogado de Blanco, le preguntó acerca de un conflicto que su esposa tendría con su familia, lo que desató la indignación del hombre. “¿Y eso qué tiene que ver? Acá lo que importa es que ese tipo que está escuchando en la sala de al lado abusó de mi mujer” le dijo alzando la voz y negándose a responder. La jueza Greco y la fiscal María Victoria Huergo también se opusieron a que el interrogatorio continuara por ese sendero.
En varios tramos la defensa buscó instalar la teoría de que S. D. está peleada con toda su familia y que esa pelea tiene relación con el caso. Es así que tres o cuatro testigos propuestos por la defensa deslizaron que la docente hizo una gravísima denuncia contra su progenitor, lo que habría detonado el distanciamiento familiar.
Una de las primeras en introducir el tema fue la ex secretaria del centro kinesiológico y ahora psicóloga Florencia Adra, quien además dijo que por comentarios de una tía que había trabajado con S. D. en una escuela supo que era “asquerosa y que no saludaba”. La fiscal Huergo ironizó sobre sus dichos marcándole que estaba repitiendo chismes.
Luego de escuchar de boca de varios testigos la misma insinuación -y seguramente luego de haber revisado la base de datos del Poder Judicial- Huergo dijo que no había ninguna denuncia contra el padre de S. D. y advirtió que si la defensa continuaba machacando con esa hipótesis, iniciaría una causa por falso testimonio.
Muy relevantes fueron las declaraciones de las peritos psicólogas. En primer término expuso la perito de parte, Lic. Karina Levchuk (la misma profesional que en 2023 fue convocada como perito de parte en el juicio contra el sacerdote del colegio Santa María, Gabriel Bareuther, por abuso sexual). La especialista advirtió que los discursos de las víctimas del caso Blanco estaban “contaminados” por influencias externas. “De S. D. me llamó la atención que no tenía subjetividad en su discurso, había como un guión, un script”.
Muy distinta fue la valoración de la perito psicóloga oficial, María Elina del Rosario Iriart: “Me sorprendió el recuerdo casi fotográfico que tenían de lo sucedido. En ningún momento apareció nada que haga pensar que mentían. No había contradicciones”. Y en la vereda opuesta de Levchuk aseveró que “No tenían un discurso para nada contaminado ni armado”.
Al ser consultada sobre el perfil de Matías Blanco, a quien entrevistó un año después de iniciada la causa, dijo que le pareció “un chico educado, con un grado de cultura importante. No podría decir que tenía signos de mendacidad, sí que estaba muy preocupado por su imagen y no sé si era consciente de la gravedad de los hechos que se le imputaban”.
La fiscal Huergo también le preguntó si observó en Blanco el perfil de un abusador. En ese punto la Lic. Iriart fue extremadamente cauta: “No creo en las perfilaciones. El abuso simple puede darse en cualquier estructura psíquica”.

El Dr. Drago y la fiscal Huergo durante el testimonio de la perito Iriart, mediante plataforma virtual.
Los demás testimonios del día estuvieron a cargo de colegas, empleados, amigos y pacientes de Matías Blanco. Magalí Elorza, por ejemplo, dijo que lo que conoce desde hace muchos años, cuando ambos trabajaban en el Hospital Marzetti, y que nunca escuchó una queja acerca de él. “Es un colega que recomiendo”, sentenció.
Paulo Blanco, también kinesiólogo, dijo que pone “las manos en el fuego” por su hermano, con el que trabaja desde 2011 y que de haber observado alguna situación como las que se debaten en el juicio, “primero lo hubiera recontra cagado a palos y después me hubiera sentado a hablar con él”.
También destacó que Cañuelas es un “pueblo chico” y que si alguien hubiera creído las denuncias contra su hermano, no seguirían desbordados de pacientes. “Seguimos teniendo el mismo caudal de gente e incluso nos han llamado a trabajar en el Hospital Cuenca”.
Este miércoles la fiscal Huergo y los abogados de las partes pronunciarán los alegatos previos a la sentencia, que se conocería en el transcurso de noviembre.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas
