Oraldo Giatti vivió toda su vida sumergido en las imágenes. A los diez años solía colaborar con su papá, Giuseppe, en el primitivo biógrafo de la calle Del Carmen, donde accionaba la manivela del proyector o tocaba el violín en los intervalos. Ya adulto, fue socio de Fernando Gutiérrez Cadenas, el empresario sevillano que tomó la concesión del nuevo Cine Teatro de la calle Lara. Y tras retirarse de la actividad cinematográfica se convirtió en un ferviente coleccionista y divulgador de material gráfico vinculado al devenir del pueblo.
Poco antes de su muerte, en 2006, intentó reunir todo ese acervo en un libro, pero no encontró apoyo económico para hacerlo. En 2021, cuando se acercaba el bicentenario de Cañuelas, el periodista Germán Hergenrether se propuso retomar esa idea, y con el inmediato acuerdo de María Angélica, María Elena y Sebastián Martínez ―las hijas y el nieto de Oraldo― puso manos a la obra.
El resultado de cuatro años de trabajo salió a la luz el viernes 26 de septiembre ante un Teatro Cañuelas colmado de familias de Cañuelas que no sólo asistieron a la presentación de un libro de fotografías del terruño, sino a la recreación de una idea de comunidad. Es que lo espectadores fueron sorprendidos por imágenes y sonidos que remitían a ese Cañuelas transformado por el paso del tiempo, pero aún vigente en retinas y corazones.
El encuentro conducido por Daniel Roncoli ―un maestro en ese arte de modular los climas con un trazo de poesía o una chispa de humor en los momentos precisos― abrió con un video de Oraldo Giatti grabado en 1998 en el que habla de su encuentro con Luis Sandrini en el teatrito de la calle Del Carmen, de la bendición que le prodigó el artista y de cuánto extrañaba a sus padres, los que seguramente ―dijo― andarían recorriendo la sala.

Germán Hergenrether acompañado por Sebastián Martínez y María Elena Giatti, quienes prestaron la colección de Oraldo para hacer la obra.
Cuando la emoción avanzaba sobre los espectadores, se proyectó un cortometraje de 11 minutos con imágenes de Cañuelas grabadas por Giatti padre entre 1928 y 1941. Los asombrados vecinos pudieron ver ―por primera vez luego de casi un siglo― un desfile alrededor de plaza durante las fiestas de la Sociedad Italiana, los feligreses saludando junto a las gruesas columnas de la vieja iglesia Del Carmen, la calle de los eucaliptos del barrio La Capilla, la fábrica de quesos de Félix Frecino y diferentes comercios del centro con sus clientes y empleados (en uno de los fragmentos aparecen un pequeño Tito Garzón y su hermana correteando frente a la tienda de su papá). Esas imágenes documentales registradas en películas de nitrato fueron conservadas por Oraldo y luego por sus descendientes. Hace tres años Hergenrether las exhumó del olvido y gracias a la mediación de Santiago MacGoey, el Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken” dependiente del gobierno porteño accedió a digitalizarlas gratuitamente. El trabajo de limpieza y digitalización estuvo a cargo de las técnicas Florencia Greco, Paula Conde y Lucía Ciruelos. El realizador audiovisual cañuelense Augusto de la Rosa contribuyó con la edición en tanto que Kekes López compuso la música original, interpretada por él mismo en guitarra y bandoneón, Belén Gil en contrabajo y Juan Ignacio Rivas en violín.
Pero los flechazos emocionales no se agotaron allí. El cuarteto de Esteban Morgado ofreció un sublime concierto de tango instrumental a la altura de los mejores espectáculos que se han vivido en Cañuelas en las últimas décadas. Promediando el repertorio ―que incluyó Adiós Nonino y Libertango― el grupo interpretó una exquisita versión arrabalera de Cinema Paradiso mientras en la pantalla del escenario se sucedía la figura de Oraldo Giatti recorriendo esa misma sala, como un fantasma omnipresente. Esas imágenes de archivo (grabadas en VHS por Matías Dalsgaard en los años ´90) fueron amalgamadas con una escena de Libertad Lamarque en La Ley que olvidaron, la primera película que se proyectó en el Cine Teatro Cañuelas en la gala de inauguración, el 17 de abril de 1938.
A la hora de los discursos Hergenrether contó su sueño de crear una fototeca con el objetivo de reunir, conservar, catalogar, investigar y difundir el patrimonio fotográfico de Cañuelas y exhortó a las familias a no destruir jamás esas fotos antiguas que todos tienen en sus hogares y que muchas veces, por desinterés o desconocimiento, terminan en la basura.
Abel Alexander, el principal experto argentino en fotografía antigua y miembro de la Academia Nacional de la Historia, también expresó la necesidad de impulsar una cultura conservacionista de las fotografías y en tal sentido recordó que el mayor patrimonio fotográfico de los pueblos está en las familias y no en los museos por lo que expresó su apoyo a la iniciativa de una fototeca local.
Además, Alexander enfatizó la calidad infrecuente del libro Postales y memorias de Cañuelas, de 327 páginas y 341 fotografías distribuidas en cinco capítulos temáticos (La Plaza y su entorno, Edificios públicos, Producción, industria y comercio, El templo y Comunidad). El volumen ―impreso en Akián Gráfica Editora― incluye un apéndice con una reseña de los principales fotógrafos que tuvieron actuación en Cañuelas en todos los tiempos, comenzando por Blaise Bonnevide en 1870. Le siguieron Luis Alfredo Dubois, María Beatriz Peeters, Enrique Alba, Eugenio Signé, Constante Cariola, Moisés Czesler, Ladislao Lefkovics, Ignacio Garayalde, los hermanos Dalinda y “Chulo” Iribarne (Mayco), Francisco Montoya (FAM), Pedro Peredo, Eduardo Cabrera, Rubén Figueroa, Néstor Gabrielo, Juan José Arín y Norberto Guiñazú, entre otros.
La impresión fue posible gracias al apoyo económico de una docena de empresas y entidades, razón por la cual el autor decidió donar la totalidad de la edición al Hogar de Ancianos San José. La escribana María Andrea Arín labró un acta en la que dejó constancia del monto aportado por cada sponsor, los gastos de imprenta y la donación completa al Hogar. Silvia Biato y Ana María García agradecieron el gesto e hicieron una reseña de la institución inaugurada el 16 de julio de 1971. La venta del libro se inició el mismo viernes y continuará en distintos comercios del centro de la ciudad.

La intendente Marisa Fassi, Jorge Urdampilleta, autoridades de la Sociedad Rural y otros empresarios que colaboraron con la producción del libro.
En el evento ―auspiciado por el Concejo Deliberante y por el señor Daniel Guzzetti, que prestó la sala― participaron los representantes de las firmas patrocinantes: Molino Cañuelas, Universidad UCES, Sociedad Rural de Cañuelas, Cook Master, Impacto Inmobiliaria, La Trinidad Agropecuaria Pampeana, Ingevial, Melicurá S. A., Tierra de Oportunidades, Hormicret, Puma Estación del Mercado, YPF El Molino e YPF Las Heras. Desde el ámbito público colaboraron la Municipalidad de Cañuelas, Banco Provincia y Lotería de la Provincia. Cuando subió al escenario para recibir un ejemplar a modo de agradecimiento, la intendente Marisa Fassi destacó el carácter del libro como obra colectiva y anunció su decisión de declararlo “de interés cultural”.
El miércoles 22 de octubre a las 18 hs. habrá una segunda presentación de “Postales y memorias...” en la fototeca “Benito Panunzi” de la Biblioteca Nacional (Av. Las Heras y Agüero), una nueva oportunidad de llevar la producción cultural de Cañuelas al gran templo de los libros.

Hergenrether junto a Augusto de la Rosa, Kekes López y Matías Dalsgaard, talentosos colaboradores de la presentación.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas