16 de agosto. Cañuelas, Argentina.

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El busto de San Martín manchado con pintura y un vecino preso

Un acto de vandalismo ocurrido en Cañuelas en 1956 contra el monumento del prócer ocupó las páginas de la prensa nacional.

El vecino de Cañuelas detenido en la comisaría.

El vecino de Cañuelas detenido en la comisaría.

En la mañana del 25 de Mayo de 1956, cuando las fuerzas vivas de Cañuelas se concentraban en la plaza para celebrar el aniversario de la Revolución, quedaron pasmadas: el busto del General José de San Martín –construido el año anterior– estaba bañado en pintura.

El incidente no tardó en propagarse en los principales diarios del país. “En el centro exacto de la plaza de Cañuelas se perpetró un hecho incalificable, sin precedentes y digno de incluirse en la historia de la infamia. Una mano ultrajante afrentó la memoria del Padre de la Patria atentando contra el busto en bronce del héroe” fue la indignada descripción realizada por el diario Crítica, el matutino de mayor circulación nacional.

En su crónica se detallaba que tras descubrir el ultraje los vecinos rápidamente se abocaron a limpiar la mancha de pintura al aceite que cubría el monumento desde el pecho del prócer hasta la base de mármol, con salpicaduras en las baldosas del suelo, en torno al pedestal.

El comisario Roberto Savasta, titular de la Comisaría de Cañuelas, fue el encargado de conducir las pesquisas en busca del autor. Gracias al testimonio de una fuente anónima supo que el intrépido atacante era un muchacho llamado José Emilio Barton, domiciliado en la calle 9 de Julio y empleado de una fábrica.

Savasta y su personal se dirigieron a la casa del sospechoso, que se entregó mansamente delante de su familia, sin oponer resistencia. “El detenido se muestra, por lo menos aparentemente, arrepentido. El pálido, de rostro enjuto y mirada apagada, un tanto huidiza. En forma incoherente refiere cómo obró. Lo premeditó todo. A las 11 de la noche del 24 de mayo disolvió en su casa unos 100 gramos de pintura marrón oscuro en un litro de aceite. Lleno con el líquido una lata y se encaminó a la plaza, desierta a esa hora. La espesa niebla lo beneficiaba de todas las miradas así no la de su amigo, que lo había seguido. Una vez frente al busto arrojó con violencia el contenido del recipiente contra el pedestal. Consumado el ultraje, huyó precipitadamente hacia su casa”, detallaba Crítica.

En cuanto a los motivaciones que lo llevaron a perpetrar el ataque, Barton dijo que buscaba agraviar a la Marina Argentina, parte de cuyos miembros iban a estar el 25 de Mayo en la plaza de Cañuelas para honrar a los próceres de Mayo.  Al parecer Barton sentía un gran resentimiento hacia ese sector de las fuerzas armadas por su rol preponderante en el golpe de Estado de 1955 que terminó con el derrocamiento del General Juan Domingo Perón.

El monumento a San Martín había sido construido en la última etapa de la gestión del intendente Alfredo J. Morgante y del director de Cultura Héctor Durante en remplazo de un copón de mármol que se hallaba desde 1935. 

Diario Crítica, 30 de mayo de 1956.

Diario Crítica, 30 de mayo de 1956.

Fuentes: 
• Diario Crítica, miércoles 30 de mayo de 1956, Hemeroteca de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
• Colaboración de Juan Abate e Ignacio Gaztañaga (Centro de Microfilmación y Digitalización); y Martín Agüero (​​Coordinación General de Hemeroteca).

Escrito por: Germán Hergenrether