25 de abril. Cañuelas, Argentina.

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Acaba de nacer un nuevo derecho humano: a un Medio Ambiente Limpio, Sano y Sostenible

Desde el 28 de julio los vecinos de Cañuelas podemos y debemos hacer valer este derecho humano fundamental. Escribe: Luis María Peña.

Hasta ahora el repertorio de derechos humanos provenía de la Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU, 1948). A partir del pasado 28 de julio, una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Res.76/300) consagró el acceso a un medio ambiente limpio, sano y sostenible como un derecho humano universal, habiendo sido aprobada por 161 votos a favor, 8 abstenciones y ninguno en contra.

La Resolución establece que los daños ambientales tienen implicaciones negativas para el goce efectivo de todos los derechos humanos. Y muy explícitamente, relaciona los factores que interfieren en la efectividad del derecho cuya existencia declara: la gestión y el uso insostenible de los recursos naturales, la contaminación del aire, la tierra y el agua, la gestión inadecuada de los productos químicos y los residuos, y la consiguiente pérdida de biodiversidad, entre otros. En ese marco, la Resolución exhorta a los Estados, a las organizaciones internacionales y a las empresas a intensificar sus esfuerzos para garantizar un medio ambiente sano para todos.

No se trata de una simple declaración principista; de una moción de anhelos. Por el contrario, la Resolución habrá de tener repercusiones legales insospechadas ya que está fuera de toda discusión que los derechos humanos preexisten a cualesquier tipo de norma-internacionales o nacionales, incluida la propia Constitución-, de manera tal que esas normas no hacen más que declarar en blanco sobre negro que hay una esfera del individuo que no se puede invadir. Para expresarlo con toda claridad: en adelante, cualquier persona podrá presentarse a un tribunal para reclamar la protección de este derecho. 

Las sociedades cuentan con una nueva herramienta para asegurar leyes, políticas, acciones y decisiones empresariales que pongan freno a la situación de emergencia ecológica que atravesamos y que estamos viendo, claramente, estos días.

Desde el 28 de julio los vecinos de Cañuelas podemos y debemos hacer valer este derecho humano fundamental recientemente reconocido para exigir las acciones positivas y negativas que lo garanticen. 

Por ejemplo (uno entre tantos otros) impedir esos loteos que proliferan sin la garantía de que no afectaran la calidad de las napas acuíferas, de que se garantizará la calidad del aire no pudiendo abrirse calles sin forestación y/o reforestación, sin una evaluación de impacto ambiental con especial consideración de este derecho humano, entre tantas otras situaciones que se pasan por alto y que hipotecan a las generaciones futuras este derecho humano fundamental que tanto demoró y costó para que sea reconocido universalmente. 

Podemos y debemos ser un ejemplo de ciudad ambientalmente respetuosa. Comencemos por listar en una agenda común todas aquellas situaciones que agreden al ambiente en nuestra comunidad, para que empresas, vecinos, administradores públicos y políticos de todos los colores, pongan proa a esta cruzada. 

Que nunca tengamos que decir que en esta materia “todo tiempo pasado fue mejor”. Que el progreso y el crecimiento siempre quede sujeto a la preservación del ambiente.

Luis María Peña
Doctor en Derecho y Ciencias Sociales

Escrito por: Luis María Peña