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El 3 de septiembre, cuando Héctor Darío Sierra se encontraba todavía detenido en la Comisaría de Cañuelas por el secuestro y ataque a la escribana Julieta Mathieu, fue entrevistado por dos peritos de la División de Medicina Legal de la Policía Federal Argentina.
El informe evaluativo, firmado por la psiquiatra y médica legista Ana Patricia Spinetti; y la psicóloga Karina Laura Cuenca, determinó que Sierra padece un “trastorno delirante” con predominio de “ideas persecutorias” de varios años de evolución.
Indicaron que sus facultades psíquicas “no se encuentran dentro de la normalidad” y que “no puede comprender sus acciones ni dirigir sus actos” siendo una persona con un “alto nivel de peligrosidad para terceros” por lo que recomendaron internarlo en un centro psiquiátrico.
Fue en base a este informe que el titular del Juzgado 8 de Cañuelas, Martín Miguel Rizzo, lo declaró inimputable, lo sobreseyó del delito penal de “privación ilegal de la libertad agravada” y ordenó internarlo en el Melchor Romero.
Esta semana, el juez de Familia Nro. 5 de La Plata, Dr. Hugo Adrián Rondina, desoyendo la recomendación de las peritos, decidió liberarlo para que continúen con un tratamiento ambulatorio. El argumento del juez fue que Sierra no fue abordado por un equipo interdisciplinario.
El magistrado, en base un informe del hospital de Alejandro Korn, aseguró que “no presenta riesgo cierto e inminente” y que “goza del derecho de tomar decisiones relacionadas a su atención y tratamiento”.
LA SIDE Y LA FÓRMULA CONTRA EL CORONAVIRUS
Héctor Darío Sierra nació el 20 de septiembre de 1960 en Maldonado, Uruguay. Su último domicilio fue la Ruta 3 km. 50 (Marcos Paz) donde trabajó en tareas rurales, como mecánico hidráulico y soldador. Llegó a la Argentina a los 13 años, luego de la separación de sus padres, para trabajar como tractorista. En 1997 se divorció de Nuria Salvador Durán (actualmente residente en España), con quien se había casado en 1988.
Sierra, de 56 años, fue detenido el 18 de agosto, luego de que irrumpiera en la Escribanía Lamarca de Cañuelas donde mantuvo retenida durante más de una hora a la escribana Julieta Mathieu, con un cuchillo en la garganta.
En su extensa declaración a las peritos Spinetti y Cuenca, Sierra hizo un extenso relato en el que intentó explicar por qué llegó a esa instancia.
Contó, por ejemplo, que en 2012 se apersonó en la Embajada de Uruguay para denunciar que lo estaba persiguiendo la SIDE para apropiarse de su campo en Marcos Paz. Según Sierra, personal de la Embajada le respondió que estaban en conocimiento de la situación y que la causa de la persecución era que su campo había pertenecido a los Jesuitas, por lo que tenía un altísimo valor. En consecuencia, siendo propietario de esas tierras tendría el derecho de reclamar otras que pertenecieron a la orden religiosa.
Es a partir de supuesto seguimiento de los servicios de inteligencia es que Sierra le asignó un nuevo significado a episodios de su pasado, imaginando un complot para acabar con su vida en tres oportunidades.
El primer episodio que relató es un accidente ocurrido en 1992, cuando lo atropelló un camión. A la luz del informe de la Embajada, ahora lo interpreta como un intento de homicidio. Luego contó que en 1997 se presentaron varias personas en su campo exigiéndole la escritura bajo amenazas de muerte; y que en 2012 lo persiguieron agentes secretos que le ofrecían un viaje a Europa a cambio de sus tierras.
Aseguró que oportunamente radicó una denuncia contra la SIDE en el Juzgado de Norberto Oyarbide y que gracias a eso dejaron de molestarlo. En 2015 llevó su caso a la Embajada de España, declarándose un perseguido político; y le envió una carta a la gobernadora María Eugenia Vidal ofreciéndole el campo a cambio de una indemnización.
Sazonó el relato con algunas afirmaciones sobre la pandemia. Dijo que el 3 de marzo contrajo Coronavirus y que se curó con un remedio natural hecho de tomillo y cáscara de naranja. Aseguró que intentó comunicarse con el gobernador Axel Kicillof y el presidente Alberto Fernández para cederles la fórmula, pero que no tuvo respuesta.
Por último contó que sintió el despojo de sus tierras como una injusticia y que decidió accionar contra la escribana Mathieu “para hacer ruido y salir en la tele”. Agregó que tomó su estadía en la Comisaría como “un descanso” y que esperaba quedar en libertad para viajar a Uruguay y presentar nuevas denuncias ante los ex presidentes Tabaré Vázquez y Pepe Mujica.
Cabe destacar que, como se ha venido informando, Sierra no sufrió una usurpación del campo, sino que lo vendió en cuotas. En 2012 perdió un juicio por haber incumplido un contrato de compraventa cuando pretendió deshacer el acuerdo con el comprador. Esa causa se tramitó en el Juzgado Civil y Comercial 8 de La Plata, donde se encuentra retenida la escritura. Elena Lamarca, madre de Julieta Mathieu, fue la escribana que intervino originalmente en el boleto, pero como se jubiló durante el largo proceso judicial, la justicia designó a otra escribana para la confección de la escritura en favor del adquirente, Jorge Luis Porro.
En el final de su informe las peritos recomendaron informarle a Sierra con extremo cuidado que sería trasladado a una institución psiquiátrica para evitar una crisis de violencia; y también sugirieron contactar a la madre y hermanas del hombre, residentes en Uruguay, para que lo acompañen en una eventual reinserción social.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas
