29 de marzo. Cañuelas, Argentina.

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Los motivos de la renuncia de Daniel Roncoli, un presidente que hasta lavaba la ropa de los jugadores

El ahogo económico y la falta de acompañamiento en un club que se agigantó sin crear fuentes de financiamiento explican por qué dio un paso al costado.

Daniel Roncoli. Archivo InfoCañuelas.

Daniel Roncoli. Archivo InfoCañuelas.

La inesperada renuncia de Daniel Roncoli a la presidencia del Cañuelas Fútbol Club provocó una sensación general de aturdimiento y orfandad en la dirigencia de la institución y en sus centenares de socios, acostumbrados a un hombre que durante una década dirigió los hilos con una dedicación full time, muchas veces en soledad. Todos sabían que Daniel, con su incomparable capacidad de proponer y hacer, siempre estaría de manera incondicional para resolver hasta el mínimo detalle del día a día. Aunque resulte paradójico, su labor fue tan abarcativa como invisible.

Daniel pertenece a esa raza de personas imprescindibles que se cargan sobre sus hombros la responsabilidad asumida, con todo lo que eso implica. Uno de sus colaboradores en la comisión directiva -que por estas horas comienza a digerir el trago amargo- lo resume con una anécdota: “Cuando terminaban los partidos del fútbol femenino el propio Roncoli con su esposa hacían de utileros, llevaban la ropa a la lavandería y la lavaban. Más de una vez lo hemos visto yendo a la lavandería a sacar las camisetas de los lavarropas para secarlas al sol. No puede ser que el presidente se ocupe de lavar la ropa, pero nunca se le cayeron las medias por hacerlo. Ahora nos damos cuenta de que tal vez alguna madre de las chicas se podría haber ocupado, pero Daniel lo hacía sin ningún problema porque le gustaba estar en todo y eso lo fue agotando”.

El desgaste, sin embargo, no tiene tanto que ver con las múltiples tareas que asumía voluntariamente sino con la amargura que le provocaba no tener recursos para financiar esa inmensa estructura que ayudó a construir en diez años. Un andamiaje de miles de personas repartidas en varias disciplinas, con un crecimiento explosivo del fútbol infantil y formativo, el fútbol femenino y los deportes adaptados. 

En los últimos tiempos se angustiaba por no tener fondos para pagar a los profesores de cuarta, quinta y sexta categoría, cuyos ingresos dependen exclusivamente de las arcas del club. Le dolía no conseguir patrocinadores para sostener actividades o la ausencia de interés de varios gastronómicos a los que convocó para abrir un restobar en el predio de la calle Uruguay. Recorrió de manera infructuosa media provincia y decenas de bancos buscando financiamiento para la obra del complejo educativo que imaginó en El Cajón y otro de sus sueños truncos fue no conseguir plata para volver a comprar los terrenos de la antigua cancha vendidos en gestiones anteriores.

“Daniel es muy corajudo en tomar decisiones. Tiene la visión de ir cinco años más adelante que el resto. Hizo un gimnasio sin plata y con el tiempo lo fue pagando. El problema es que todo ese crecimiento que implementó se le fue de las manos y después no tenía la respuesta esperada en la parte económica. Es increíble que habiendo tantas empresas en Cañuelas no haya tenido acceso a un mayor sponsoreo. Todo eso lo afectó hasta en su salud, porque se estresaba y le subía la presión” describe otro dirigente cercano.

El mismo referente agrega que “Si bien le fueron dando subsidios, de la Municipalidad esperaba más ayuda. El año pasado le prometieron 350 mil pesos para arreglar los baños del fútbol femenino, pero esa plata nunca llegó. De los tres inodoros hay dos que están clausurados y cuando Daniel veía la fila de chicas que se armaba para entrar al baño, se enfermaba. Sí tuvo mucha ayuda del programa nacional ´Clubes en obra´, donde logró una buena relación. Cuando le daban un crédito lo rendía, y enseguida le daban otro”.

Roncoli en un homenaje a Cachi Martinoni. Arechivo.

Por su dedicación al club Roncoli descuidó su economía personal. En 2013, cuando asumió la presidencia, dejó de trabajar en su oficio, la actuación y el teatro. Vivía de la renta de alguna propiedad familiar y de los magros derechos de autor por su obra literaria. Quienes lo conocen confiesan que en general no tenía dinero ni para invitar un café. “No andaba bien económicamente, necesitaba hacer arreglos en su casa y no los podía pagar. Cuando lo llevábamos a los partidos en los que Cañuelas jugaba como visitante nos decía ´muchachos, tratemos de no ir a almorzar´. En el fondo le daba vergüenza no tener plata ni para invitar a sus amigos”.

Por eso a muchos que saben de estas privaciones les resultó conmovedor que, junto con su carta de renuncia, publicara un extracto de su cuenta bancaria, tan flaca como el día que se convirtió en Presidente.

Seguramente también hay cuestiones inherentes al fútbol que lo afectaron. Reservado como es, jamás lo admitiría, pero en su entorno dicen que solía discutir con los responsables del gerenciamiento y que había algunos reproches porque el gerenciador estaba siempre “en las buenas” pero no tanto para resolver los problemas. Además, por la propia dinámica de la relación con los particulares que aportan al fútbol, perdió cierto margen de decisión en lo que respecta a la selección de jugadores. “Él sabe mucho de elegir jugadores y esa facultad se la fue quitando el mismo sistema. Decía que nos falta un ´6´ o un ´9´ para consolidar el equipo y hacer goles, pero en eso no lo escucharon” señala un hombre ligado a la subcomisión de fútbol.

Roncoli promovió el deporte adaptado. Archivo.

Todos lo pintan como un dirigente humanista que se animó a introducir el fútbol femenino y la igualdad de género en un club con impronta machista. Si alguna integrante del plantel femenino sufría algún tipo de violencia en su hogar, allí iba Roncoli tratando de componer la situación. No siempre esas ideas progresistas fueron acompañadas con entusiasmo por el resto de la dirigencia.

“Hacía un tiempo que venía cansado porque el trabajo del día a día desgasta mucho y la demanda financiera es enorme. Si hubiera encontrado un equipo de dirigentes nuevos, por ahí se iba antes, pero no quería dejar en banda al club. Pienso que renunció ahora para dejar una ventana de ocho meses en lo que seguramente se irá armando una nueva lista con el germen que dejó él o alguna lista externa. Si hubiera seguido hasta diciembre habría pasado lo mismo de la vez anterior: lo forzaban a continuar un mandato más” resumió otro hombre de su confianza.

Roncoli presentando uno de sus libro junto a glorias del CFC.

Ya desde antes del ascenso de Cañuelas a la B Metro cultivó una aceitada relación con la AFA. Sorprendidos por la renuncia, en las últimas horas algunos dirigentes de la calle Viamonte intentaron comunicarse con el ahora ex presidente del CFC para saber los motivos de su alejamiento. Los intentos fueron vanos: no tiene WhatsApp y su teléfono permaneció apagado. 

Hay quienes creen que dejó la puerta abierta para volver en algún momento a la comisión directiva o para sumarse en alguna subcomisión. Otros piensan que por su personalidad, jamás podría ser un actor de reparto. Resignado, un dirigente advierte que “En la comisión hay más de veinte, pero la realidad es que en la diaria los que laburaban eran cuatro o cinco, un poco por culpa de él y un poco por culpa de los demás, que no le podían seguir el ritmo. Nos va costar encontrar a alguien que se dedique las 24 horas al club. Daniel puso una vara muy alta. Para hacer el veinte por ciento de lo que hizo él, habrá que romperse el alma”.

Germán Hergenrether

Escrito por: Germán Hergenrether