08 de mayo. Cañuelas, Argentina.

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La “o” contra la “i”: El juicio que La Martona le ganó a un imitador

A principios del siglo pasado La empresa fundada por Vicente L. Casares mantuvo un pleito con una firma que intentó aprovecharse de su popularidad y prestigio.

Lechería La Martona, 1905. Caras y Caretas.

Lechería La Martona, 1905. Caras y Caretas.

Una de las postales más conocidas de las lecherías La Martona muestra a un grupo de niños, adultos y expendedores reunidos frente al local de San Martín casi esq. Bartolomé Mitre. Fue publicada originalmente en el número 874 de la revista Caras y Caretas, el 2 de diciembre de 1905.

Si se observa en detalle la foto se podrá apreciar que en la vidriera izquierda de la lechería hay un letrero que dice “La Martina”. Ese cartel colocado a modo de trofeo es el que motivó la reunión de curiosos en la vereda.

El artículo de Caras y Caretas reproduce el diálogo de los testigos y explica lo acontecido.

No es posible, cualquiera distingue la i de la o. Nadie confunde un bastón con una pipa de vino— decía la voz de un jovenzuelo. 

No crea— respondía una voz más reposada.—toda la palabra está muy bien imitada, y fácil es confundir. 

No se trata de eso—agregó un abogado conocido que también formaba parte del grupo,—bien se sabe que nadie va a confundir un despacho de “La Martona”, tan conocidos de todo el mundo por su aspecto atrayente y su limpieza exagerada, con otros de otra empresa por más letreros parecidos que les pongan, porque nada se hace con imitar rótulos, cuando no se imita lo inimitable que son estos locales ejemplares como el que tenemos a nuestra vista, sus servicios impecables y sus productos superiores; de lo que la ley trata es de proteger a los comerciantes e industriales que registran sus firmas o marcas, contra la mala fe de otros que quieren aprovechar su éxito para prosperar, engañando al público. 

El abogado pasó luego a explicar que don Vicente L. Casares había entablado un juicio contra otra empresa que vendía sus productos bajo la denominación “La Martina”, con un logotipo similar. “Como era lógico, el tribunal ha fallado a favor de La Martona, declarando que se trataba de una imitación de marca de fábrica” se ufanó el letrado.

Efectivamente, la empresa de los Casares había registrado la marca. Así consta en el Boletín Oficial de la República Argentina, edición del 24 de octubre de 1899. El propio Vicente L. Casares inscribió la denominación “La Martona” para la comercialización de comestibles, bebidas, grasas, velas, aceite y lechería. Por su similitud también registró a su nombre “La Martina” y “La Martonita”.


Germán Hergenrether

Escrito por: Germán Hergenrether