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Hablemos de alimentación en mascotas, ¡pero hablemos de verdad!

Todos queremos que nuestros mejores amigos reciban, entre otras cosas, una alimentación saludable para optimizar y extender su calidad de vida... ¿Pero sabemos qué le estamos dando realmente? Escribe: Javier Rizzi.

Gala, hembra Bóxer Entera, de 7 años.

Gala, hembra Bóxer Entera, de 7 años.

“Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina” (Hipócrates siglo V AC). Este lema funciona también para ellos.

En estos tiempos modernos, en donde buscamos la comodidad u optimizar el tiempo, la alimentación de nuestras mascotas no escapa a esto.

“Le doy el alimento de bolsa”. Obvio, siempre nos saca del apuro, pero para nuestra desgracia, ese “nos saca del apuro” va en detrimento de la salud real de nuestras perros y gatos. A pesar de que los mismos estén “balanceados”, no constituyen una buena opción. Un par de ejemplos permitirán sacar algunas dudas.

La alimentación de las mascotas es un universo muy amplio y no se pretende en estas líneas profundizarlo; sólo tocar aspectos con fundamentos técnicos y recomendar una dieta más natural y casera.

Primero hay que aclarar que cada animal tiene requerimientos nutricionales diferentes dependiendo de la etapa de la vida que esté transitando. Una perra gestante, un macho viejo castrado, un perro de departamento, un cachorro, un animal de deporte -sólo por citar algunos- tienen requerimientos y necesidades totalmente distintos, y es muy lógico que así sea.

El alimento balanceado nada tiene que ver con los hábitos de su instinto en vida natural. El perro es un Carnívoro Facultativo u Omnívoro que admite en su dieta vegetales, frutas, raíces, animales y semillas. Y el gato por su parte es un Carnívoro Obligado: su dieta en la naturaleza está comprendida por un 90% de carne, dicho sea de paso, cazada por él.

Partiendo de esta base, entendemos que a pesar de ser animales de compañía, son completamente diferentes. Sus sistemas digestivos son distintos y por lo tanto su modo de alimentación también.

Una dieta base para perros requeriría en la mitad de su ración una fuente proteica, una parte de grasa (sí, pero de grasa como nutriente, ¡no de restos del asado!), una pequeña cantidad de hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales (los requerimiento nutricionales del gato en cuanto a proteína son muchísimo más elevados).

ANATOMÍA DE UNA CROQUETA

¿Sabías que para darle forma a una croqueta en necesario un mínimo de 40 a 70 % de hidratos de carbono? Esto se debe a los procesos de extrusado y moldeado del pienso. Los perros tienen muy poca amilasa salival (una de las enzimas que se encarga de romper los hidratos de carbono en la boca). A esto sumale que prácticamente no mastican, tragan el bocado de una. Las dietas con muchos hidratos de carbono son degradas por la amilasa pancreática, entre otras enzimas que actúan en el proceso, por lo que sin darnos cuenta sobrecargamos su páncreas.

Por otro lado enriquecer la ración con granos con arroz no sería una buena idea por lo que acabo de contar: estaríamos sobrecargando de hidratos de carbono aún más un organismo, que no los requiere en la medida que se los estamos ofreciendo. Es como si nos invitaran a comer y tres cuartas partes de la comida fuera pan. Demasiada harina, ¿no? Si le das arroz te recomiendo que se lo des pasado, tipo pasta, para romper al máximo en la cocción las uniones de los hidratos de carbono y así facilitarle su digestión.

Las proteínas de las croquetas (aminoácidos esenciales y no esenciales) son todas provenientes de harinas (de vísceras de pollo, harina de sangre, harina de huesos, de pescado, etc.). Si bien son válidas como aporte proteico, nada tienen en comparación con la carne que hubiese sido su presa. Tomate el tiempo de leer el rótulo del alimento que le das, te vas a sorprender… Y un alimento que dice “con sabor a pollo” no tiene pollo, ¡no hay que aclararlo!

En cuanto a las grasas que contienen, tanto saturadas casi siempre de origen animal, como insaturadas de origen vegetal, no vienen como grasas per se, sino como harinas, líquidos procesados, subproductos de faena animal, soja, del refinamiento de otras grasas y cebos, etc. Todas las fábricas de alimentos para mascotas usan materias primas de calidad y autorizadas por diferentes organismos aunque disten ampliamente de la idea de lo que es alimentarlos de manera natural.

“Este alimento tiene acido graso omega 6 y omega 3”. Sí, pero… Muchas veces las compañías hacen lobby de sus palabras promoviendo alimentos con ácidos grasos que mejoran su pelaje, olor y uñas, por ejemplo... Si de estos hablamos puntualmente, te cuento que en todo caso habría un exceso de omega 6, que como todo exceso no es bueno, ya que el omega 3 (que es un ácido grasos esencial en los perros -esto quiere decir que no lo sintetiza su organismo sino que lo tiene que obtener de la dieta-) para que sea benéfico y absorbible tendría que ingerirse in situ ya que se oxida con el oxigeno y se inactiva. No creo que un balanceado fabricado hace dos años y aun no caduco lo conserve intacto; sería casi imposible.

Una buena fuente de omega 3 son los aceites de pescado, además combaten alergias y desordenes gastrointestinales, cosas que se ven en la clínica diaria por carencia o excesos de estos en sus dietas.

El agua es un nutriente esencial por excelencia. Tanto ellos como nosotros somos el 70% de agua, ¿y cuánto tienen los granos? Muy poco. Ellos siempre tienen que tener agua fresca y de calidad a disposición excepto inmediatamente después de comer. Hay que esperar de 20 a 30 minutos, ya que los hidratos de carbono de los alimentos balanceados fermentan fácilmente y podría originar muy graves trastornos además de hinchazón, sobre todo en perros de raza grande y gigantes, tendientes a tener una torsión de estomago por esto.

Se recomienda darle el alimento húmedo, macerado con un poquito de agua y sacarle el tazón del bebedero por lo menos la media hora posterior.

El tamaño de la ración y forma en que se le suministra la comida también importan: es preferible que coma varias veces (en perros chicos o miniatura un mínimo de cuatro al día) en vez de darle a la mañana y a la noche. Así evitamos prolongados períodos de hipoglucemia por falta de alimento sumado al pico de hiperglucemia y sobrecargas que le damos “extra” al abarrotarlo con “su” comida... 

Este artículo no pretende enjuiciar lo que le damos de comer a nuestras mascotas, cada uno hace lo que puede... Es sólo a modo informativo para que el propietario responsable opte por elegir con qué alimentarlo. Eso sí, tanto la dieta, como su sanidad y su bienestar deben estar a cargo de un Médico Veterinario de confianza. Él, más que nadie, conoce a nuestros animales. Hay que hacerles caso y tomar el hábito de visitarlos con frecuencia y no como última opción.

¡Ellos te lo van a agradecer!

Javier Rizzi
Médico veterinario
MP 14050
javi_rizzi_6@hotmail.com

Escrito por: M. V. Javier Rizzi