02 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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La historia de Edna y Synval, los brasileños que sufrieron el accidente en Cañuelas

Se conocieron siendo muy jóvenes y formaron un sólido matrimonio. Padres de dos hijos, planificaron un viaje en moto por Argentina y Chile.

Edna y Synval, en una foto reciente.

Edna y Synval, en una foto reciente.

En la mañana del 20 de octubre, exactamente a las 10, una moto en la que viajaban dos turistas brasileños volcó en la rotonda de Ruta 205 y bajada de la Autopista Ezeiza-Cañuelas. Como consecuencia del golpe contra el parquizado, murió Edna Alves de Souza dos Santos, de 53 años, trabajadora del sistema de salud, quien realizaba una travesía junto a su esposo, Synval Silva dos Santos.

Synval permanece internado en el Hospital Cuenca Alta de Cañuelas, con pronóstico favorable. Lo está acompañando su cuñada Luzia, quien quedó a cargo de todos los trámites ante el Consulado de Brasil en Buenos Aires para gestionar la repatriación de los restos de su hermana.

InfoCañuelas contactó a Luzia y a Deborah Alves dos Santos, la hija del matrimonio, que sigue en Brasil. Muy gentilmente nos hicieron llegar un comunicado de Synval. Lo reproducimos en forma textual para respetar su espíritu.

Mi nombre es Synval, brasileño, 55 años, trabajo en el Metro del Distrito Federal. Pero me gustaría no hablarles de mí, sino contarles sobre mi amada esposa Edna y todo lo que ella representa para muchas, muchas personas. 

Edna Alves de Souza dos Santos era una trabajadora de salud pública del Distrito Federal. Casada, madre de dos hijos, un nieto y otro en camino.

Conocí a mi esposa en 1989, ella tenía 18 años cuando empezamos a salir. En 1990 nos casamos, ella tenía 19 años, yo 21.

Siempre fue atenta y generosa con todos y tenía un gran carisma. Era sensible frente a los problemas de la gente y trataba de ayudar a todos, sin distinción.

Ella era amiga y consejera. Después de un tiempo de casados, nos mudamos a otra ciudad del DF, donde comenzamos a asistir a una iglesia evangélica (Ministerio Vencedores en Cristo), donde tuvo un verdadero encuentro con Cristo y con el Espíritu Santo de Dios como guía.

Siempre fue una amiga y compañera. Me ayudó cuando la situación económica no era buena. Hace unos 20 años aprobó un concurso público para trabajar en el sector salud, donde se realizó tanto a nivel profesional como personal porque desde allí pudo ayudar a muchas personas necesitadas. A lo largo de su recorrido, a través de ayuda con tratamientos, asesoramiento, apoyo emocional, entre otros, ha conocido a cientos de personas que le están agradecidas y la veían como una amiga con la que siempre podían contar.

Mi esposa era una persona que tenía luz propia, allá donde iba alegraba el ambiente, hacía amigos fácilmente… ¡su carisma era fantástico!

Nuestro viaje estaba planificado desde el año pasado, cuando decidimos cambiar de moto y adquirir una más segura. Nuestro plan era visitar Argentina (Buenos Aires, Bariloche y Mendoza, donde celebraríamos su cumpleaños número 53). Luego dirigirnos a Santiago de Chile, tomando por el Camino de los Caracoles. Después de Chile continuaríamos hasta San Pedro de Atacama, donde visitaríamos el famoso desierto, desde donde regresaríamos a casa.

La pérdida prematura de mi esposa me trajo mucha tristeza, todavía no puedo asimilar lo que está pasando. Teníamos muchos planes. Siempre hemos estado muy unidos en pensamientos y acciones. 

Respecto al accidente, no recuerdo qué pasó, no recuerdo que haya estado involucrado con ningún otro vehículo, todavía estoy tratando de recordar qué pasó. Lo siento mucho.
 


EL MOMENTO DE LA CAÍDA

InfoCañuelas obtuvo un video que muestra el momento preciso del accidente. Se observa la moto descendiendo de la Autopista y unos segundos más tarde la polvareda que se levanta cuando cae sobre el círculo central. Si bien es una imagen lejana que no permite ver el desarrollo del tránsito, a priori parecería que no intervinieron otros rodados. Una camioneta policial pasa justo frente a la estación de servicio Axion, del otro lado de la rotonda.
 

Escrito por: Germán Hergenrether