20 de abril. Cañuelas, Argentina.

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Crimen de Mirta Barcia. La UFI 1 elevó la causa a juicio con pedido de perpetua para los dos acusados

Se trata de Juan Pedro Corvalán y Leonardo Ezequiel Quinteros. Un tercer imputado, que tenía el teléfono celular de la víctima, irá a juicio por encubrimiento.

Corvalán al ser detenido en su casa de calle Acuña.

Corvalán al ser detenido en su casa de calle Acuña.

El fiscal Lisandro Damonte, titular de la UFI 1 de Cañuelas, acaba de pedir la elevación a juicio de la causa en la que se investiga el crimen de la docente y empleada municipal Mirta Barcia, asesinada en la noche del 8 de septiembre de 2020 por dos sujetos que la atacaron para robarle el teléfono móvil.

En el auto de elevación Damonte consideró que Juan Pedro Corvalán (29) y Leonardo Ezequiel Quinteros (28) son penalmente responsables del crimen en los términos del artículo 80 inciso séptimo del Código Penal, que prevé esa condena de reclusión perpetua para quien mata con el propósito de lograr la impunidad respecto a un delito anterior, en este caso el robo. Esa calificación (“Criminis Causa”) es la misma por la que en 2015 fueron condenados Fernando Marconi y Edgardo Sagini en el juicio por el asesinato de los hermanos Leonardo y Marcelo Massa ocurrido en 2012.

Asimismo, Alan Gabriel Arrieta Mosbach (19) está acusado de Encubrimiento agravado por la gravedad del delito precedente, que prevé una pena de 3 a 6 años de prisión (artículo 277 del Código Penal).

De acuerdo a la investigación realizada por la UFI 1, quedó acreditado que en la noche del 8 de septiembre de 2020 dos sujetos en forma “premeditada y mancomunada” interceptaron a Mirta Barcia, Gabriela Barcia y Adriana Navarrete en el exterior de la vivienda de calle Vicente Casares, a metros de las vías del ferrocarril.

Portando un arma de fuego le quitaron a Mirta Barcia el teléfono celular para luego causarle tres heridas graves en la zona izquierda de tórax y abdomen “con el propósito de darle muerte y asegurar su impunidad”. 

Las mujeres que estaban junto a la víctima refirieron haber visto un “chispazo”, los vecinos escucharon al menos una detonación y en la vereda de la calle Vicente Casares se halló una munición del calibre 22.

Si bien el arma del crimen nunca fue encontrada, un testigo de identidad reservada reveló que Corvalán poseía el día del hecho un revólver calibre 22 y otro 32; que andaba con un tal “Leonardo Ezequiel”; y que luego del crimen les comentó a sus allegados que le había disparado a Barcia.

Mirta Barcia (en el centro) en un acto. Archivo InfoCañuelas.

Otro testigo de su círculo refirió que Corvalán tenía un arma en su casa; que Quinteros lo incentivó a “salir a robar” y que si bien Corvalán estaba bajo el régimen de prisión domiciliaria, luego de ser monitoreado diariamente por la policía, se retiraba de su casa para delinquir.

Las fisonomías de Corvalán y Quinteros coinciden con la imagen registrada por una cámara de seguridad ubicada en Alem y Azcuénaga, cerca del lugar de los hechos. Además, una de las mujeres que se hallaba junto a Barcia declaró que uno de los homicidas tenía una mancha o tatuaje en una mano y una cicatriz tipo “pata de gallo” en la zona de los ojos, datos que se corresponden con Corvalán.

Quinteros y Corvalán, detenidos el 11 de septiembre de 2020. Archivo.

Luego de cometer el atraco otra cámara captó la huida de dos personas en dirección a calle Pellegrini, zona en la que vivía Quinteros. En el trayecto se encontró tirada una campera de peculiar diseño. Un testigo que vio publicada en medios de comunicación la foto de esa prenda declaró en la causa que días antes se la había cambiado a Quinteros.

En cuanto a Arrieta, declaró que a las 23 hs. del 8 de septiembre Corvalán y “Leo” Quinteros se presentaron en su casa. Posteriormente, pasada la medianoche, en el domicilio de Olavarría al 200, se produjo la activación de un chip en el aparato telefónico robado a Barcia.


Mientras que los dos imputados principales esperarán el juicio en prisión, Arrieta fue excarcelado en agosto del año pasado por una resolución de la Cámara de Apelaciones.

Al momento de los hechos Corvalán se encontraba bajo el régimen de prisión domiciliaria en el marco de una causa por venta de drogas (IPP Nro. 06032175/19). En abril de 2020 (cinco meses antes del crimen) el juez Martín Miguel Rizo decidió concederle ese beneficio junto a una veintena de reos en el marco de una política provincial de morigeración de las prisiones preventivas debido a la pandemia.
 

Escrito por: Redacción InfoCañuelas