20 de abril. Cañuelas, Argentina.

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Dolorosa carta de una hija que no pudo despedir a su padre, supuesta víctima de Covid-19

Rocío Brest puso en duda que su papá haya muerto de Coronavirus. Su traumático paso por el Hospital Marzetti y dos hospitales porteños antes del fatal desenlace.

Rocío y su papá.

Rocío y su papá.

Cristian Brest, de 44 años, vecino de Máximo Paz, es la supuesta segunda víctima de Covid-19 en el partido de Cañuelas. Falleció el jueves 18 de junio en el Hospital Piñero. No existió despedida: la última imagen que tiene su familia de él es una foto del cuerpo en una bolsa roja dentro del ataúd. antes de ser cremado.

Los días previos a la muerte de Cristian se sucedieron todo tipo de avatares: un paso por el Hospital Marzetti de Cañuelas que derivó en una gangrena, producto de una infección mal tratada; y una confusión de paciente en el Hospital Durand, donde se llevó a cabo la amputación.

Al dolor de su familia por no haber podido ni siquiera despedirlo se suman dudas y sospechas. ¿De qué murió Cristian? ¿Realmente murió de Coronavirus? Y si fue así, ¿acaso no fue un contagio intrahospitalario? ¿Qué certeza puede haber cuando ya no está el cuerpo para buscar respuestas?

A continuación se reproduce la carta de Rocío.

La última foto que Rocío recibió de su padre y el test que le hicieron a ella: negativo.

No iba a poner nada pero tampoco me voy a callar. Soy la hija del hombre que supuestamente murió por Covid-19, aunque dudo que él haya muerto por eso. Al Estado le conviene tener otro muerto más para su estadística de mierda. 

Mi papá tenía diabetes, como la gente dice, gente que ni nos conoce o nos conoce de vista y habla por hablar, como los chusmas que querían saber quién era el hombre para ver si habían tenido contacto, cuando mi papá no tuvo en contacto con nadie.

A mi papá le salió una ampolla en el pie y entonces fue al hospital de Cañuelas, el hospital Marzetti. El médico que lo atendió le dijo que tenía era una úlcera por la diabetes y que tratándola con alcohol se le iba a secar y curar bien. 

Le dijeron que fuera a la semana siguiente para ver cómo seguía la herida. En un momento empezó con fiebre, le dolía mucho, esperó y cuando volvió al médico le dijo ´no, está curando re bien, vos seguí así que no va a hacer falta limpiarlo ni nada´. Lo dejaron así y así estuvo una semana más hasta que empezó con mucha fiebre, a sentirse mal, entonces su mujer lo llevó al Hospital Durand (CABA) donde le dijeron que su pie estaba engangrenado y no se podía salvar.

Le amputaron la pierna abajo de la rodilla. El quedó mal, no sólo en el sentido de salud sino de ánimo. Para una persona de 44 años no tener su pierna fue algo muy doloroso. Nadie va a saber cuánto sufrió por eso. 

Le dieron el alta y volvió a mi casa porque quería vernos y estar conmigo, con sus nietos y su papá. Lo cuidamos, lo atendimos, le dábamos ánimos, pero bueno... él asistió sí a ver al traumatólogo para ver cómo iba curándose la pierna. Iba bien, le sacaron los puntos el 8 de junio. Volvió a mi casa y a los días se le cerró el estómago, tenía cambios de humor, a veces decía que se quería morir porque no quería estar sin su pierna, se puso triste, se le cerró el estómago y no podía comer, empezó con colitis y a usar pañales porque estaba tan débil que no podía caminar y menos sin su pierna. 

El domingo pasado (14 de junio) se lo llevó su mujer a su casa. El lunes 15 fue su cumpleaños y empezó a sentirse un poco mal porque seguía sin poder comer y con diarrea, entonces su mujer lo llevó al hospital Piñero. Ahí lo dejaron internado porque supuestamente para ellos, tenía síntomas de Covid-19.

Lo internaron y no le daban ningún parte a su mujer. Estuvo todo el día en el hospital y a las 8 de la noche salieron y le dijeron que tenía una pancreatitis y que tenían que operarlo. Cuando la llevaron para que lo viera, no era mi papá, era otro hombre, se habían confundido de paciente y ella enseguida les dijo ´Este no es mi marido, se confundieron´. Entonces ella empezó a preguntar y le dijeron que el hisopado de mi papá había dado positivo y estaba en aislamiento. 

A ella la mandaron a aislarse y le dijeron que fuera al otro día a hacerse el test de Covid-19. Cumplió y fue pero no se lo hicieron en el Hospital porque ella tiene obra social. Ya que estaba ahí empezó a preguntar por él y no le daban ningún parte, no le querían decir nada, la mandaron a la casa y el jueves a las 10 de la noche él falleció. Le dijeron que el viernes se dirigiera al hospital urgente, le dijeron que mi papá había fallecido, que no lo podía ver y que tenía que cremarlo. ¡La cremación salió 27 mil pesos!

Nosotros no pudimos despedir a mi papá, sólo me mandaron una foto. ¿Saben qué feo es no poder ni darle el último adiós a tu papá; y lo feo que fue para mi abuelo, su único hijo? Tampoco podíamos salir porque como mi papá en teoría tenía Covid-19, el médico dijo que seguramente nos contagiaríamos cuando fue el 8, al último control en el Hospital Durand, cosa que no fue así porque si él hubiera tenido ese virus, yo, que tengo lupus, o mi abuelo, que es una persona mayor, también se habrían contagiado. 

Hoy me llegaron los resultados y no tengo nada. ¿Qué cosa rara, no? Y la mujer de él, con quien compartió plato y cubiertos, ya que no podía ni comer ella le decía ´comamos juntos en el plato, así comes un poco´, bueno a ella le llegaron los resultados ayer ¿y saben qué? También le dio negativo. 

Yo no me pude despedir de mi papá; mi abuelo no se pudo despedir de su único hijo; y a su mujer no se lo dejaron ver. Sólo se lo podía cremar. ¿Y si no conseguíamos la plata qué iban a hacer con mi papá? ¿Qué es lo que quieren ocultar? ¿Por qué a todos los que mueren o los dejan morirse no los quieren atender y los llevan a aislarse sin atenderlos primero? ¿Qué es lo que pasa? 

Así me tuve que despedir de mi papá. ¿Saben qué feo es pasar por todo esto? Ahora sí salgan hablar y hagan correr audios opinando o diciendo boludeces.

Rocío Brest.
 

Escrito por: Redacción InfoCañuelas