12 de octubre. Cañuelas, Argentina.

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Así fueron los últimos días de Juan González, la primera víctima local de coronavirus

El vecino de Udaondo fue asistido en su casa por personal de la Unidad Sanitaria, pero no se activó el protocolo. Al día siguiente un nieto lo llevó al Marzetti.

Juan Antonio González.

Juan Antonio González.

La pandemia hace que los acontecimientos se sucedan a una velocidad vertiginosa. Parece que transcurrió una eternidad pero hace apenas tres días la comunidad de Cañuelas amaneció con una noticia que hasta entonces parecía asociada a otras latitudes. En Gobernador Udaondo, el sitio más rural y aislado de Cañuelas, un hombre de 78 años había enfermado y muerto de coronavirus.

Juan Antonio González estaba internado en el Hospital Cuenca Alta Samic, donde falleció a las 3 de la madrugada del lunes 23 de marzo. El diagnóstico se confirmó el jueves 26 a la tarde-noche: Covid-19.

Este lunes InfoCañuelas habló con Sebastián, uno de los nietos de González, quien lo asistió en las últimas horas y lo llevó al Hospital Marzetti luego de esperar dos días un llamado que nunca se produjo.

“Mi abuelo registró el primer cuadro febril el jueves 19 de marzo. Mi hermana le dio paracetamol y se le bajó al toque. Se levantó, anduvo caminando, hasta que el viernes 20 volvió a sentirse mal y se acostó. El sábado 21 a la mañana se le avisó a Unidad Sanitaria, entonces el ambulanciero y el enfermero fueron hasta el campo. Le tomaron la fiebre y como estaba con fiebre, nos dijeron que usáramos paños fríos y que ventiláramos la pieza donde estaba. Como no podían medicarlo, nos aseguraron que ellos iban a llamar a Cañuelas y que de Cañuelas nos iban a llamar a nosotros para ver qué hacíamos. Pero nunca nos llamaron”.

Sebastián cuenta que pasó todo el sábado y parte del domingo sin ninguna respuesta. “El domingo me fui al mediodía al campo a verlo y le dije a mi hermana que se tratara de comunicar con Cañuelas. No se pudo comunicar en toda la tarde. Le avisé a mi suegro, que es ambulanciero en la unidad sanitaria, pero no estaba de guardia. Él se contactó con el enfermero que en ese momento estaba en la salita y supuestamente este hombre iba a avisar nuevamente a Cañuelas, pero seguían sin llamarnos”. 

“Estuvimos esperando y como se hacía de noche lo llamé a un tío que tengo en Tapalqué, un policía retirado, para ver qué hacíamos. Este tío mío llamó a la policía de Cañuelas y la policía de Cañuelas habló con la policía de Udaondo y así seguimos dando vuelta hasta que la misma policía de Cañuelas consiguió que me lo atendieran en Cañuelas” relató Sebastián.

Juan González junto a su hijo Omar y nietos en un festejo familiar.

“Hablé con la policía de Udaondo y decidimos que lo llevaba yo en un auto. Llegamos a Cañuelas y por suerte nos estaban esperando. Lo que pasó después es de público conocimiento: lo atendieron con todos los recaudos, fiebre en ese momento no tenía pero le faltaba el aire, le pusieron oxígeno y luego de unos cuarenta minutos lo derivaron al Cuenca, donde falleció el 23 de marzo a las 3 de la mañana”.

Sebastián y su familia están dolidos por la demora en la atención. “El abuelo”, como todos lo llaman, fue revisado el sábado a la mañana y casi 36 horas después seguía en su casa con signos cada vez más alarmantes. “Los que vinieron de la salita suponía que podía ser coronavirus, pero no se movieron. Decí que me comuniqué con mi tío de Tapalqué y que él pudo contactarse con la policía, sino mi abuelo se nos moría en el campo. Ese es el gran enojo que tenemos”.

Sebastián también aclara algunos rumores que circularon cuando se conoció la muerte de González. Uno de esos comentarios decía que Don Juan pudo haberse contagiado por los dueños del campo “Esperanza”, donde vivía. La realidad es que uno de los hijos del propietario estuvo alrededor del 12 de marzo y le pagó a Omar (el hijo de Juan, quien realmente trabaja en el campo) sin bajarse de la camioneta y sin tomar contacto con el hombre mayor.

Asimismo, Sebastián sostiene que cuando intervino el equipo de Epidemiología del Hospital Marzetti se comunicaron con los Chiarello, dueños del campo, quienes aseguraron que no salieron del país en los últimos dos años. Esta información no fue chequeada en Migraciones, pero resulta creíble para quienes investigan el caso.

Por lo tanto, la fuente del contagio es un misterio. “En los últimos días antes de enfermarse mi abuelo tuvo contacto con dos o tres personas del grupo familiar, nada más: con mi papá, con la novia de mi papá y con un par de nietos”.

Don Juan González había nacido en Villa Elisa, provincia de Entre Ríos. Hace unos 35 años se instaló en Udaondo con su esposa, ya fallecida, y sus tres hijos. Siempre se dedicó a las tareas rurales y si bien estaba jubilado, se mantenía activo: solía cabalgar o caminar hasta el pueblo de Udaondo para visitar amigos y hacer compras.


NUERA EN CUARENTENA ESTRICTA

Alicia Ruales vive en San Miguel del Monte, es la novia de Omar (el hijo de Juan) y una de las personas que tuvo contacto con González unos días antes de que contrajera coronavirus. Por esa razón se encuentra en cuarentena sanitaria a la espera de los resultados del hisopado, que estarían para este martes. “Estoy como presa, ansiosa por conocer los resultados. Me tranquiliza que no tengo fiebre ni nada”, dijo en una comunicación telefónica con InfoCañuelas.

Contó que estuvo por última vez en contacto con Juan el 13 de marzo. “Con Omar le llevamos una bolsa de papas, cebollas, aceite y un montón de mercadería para que pudiera hacer la cuarentena en el campo. Luego volví el 18 para llevarle un alcohol en gel a Omar, pero ahí no lo vi a Juan. Me tomé unos mates con Mónica, la hija de Omar, y pegué la vuelta. A los días el abuelo se enfermó. Pero cómo llegó el virus a esa casa es un misterio”.

Tras la muerte de su suegro, Alicia grabó un video que envió a familiares, amigos y vecinos de Udaondo para aclarar algunos detalles del caso.

Escrito por: Redacción InfoCañuelas