08 de mayo. Cañuelas, Argentina.

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La Natividad fue una máquina y se coronó en Hurlingham

El equipo de Cañuelas inscribió su nombre en el torneo más antiguo del polo Argentino. Derrotó a RS Murus Sanctus 14 a 8 y sumó su primer título de triple corona.

Crédito: Pablo Ramírez.

Crédito: Pablo Ramírez.

Si bien a priori no era el favorito, costaba imaginarse a La Natividad terminar derrotado en la final de Hurlingham si llegaba a repetir la rutilante actuación con que había eliminado a La Dolfina en la semana anterior. Lo difícil era para el equipo vestido de verde volver a tener una pretensión casi sin fisuras como la que había exhibido frente al equipo de Cambiaso seis días antes. 

Enfrente había un conjunto de 39 goles de hándicap que cuenta en sus filas con Pablo Mac Donough y Juan Martín Nero, dos de los mejores jugadores de la historia del polo argentino, con innumerables títulos y largamente acostumbrados a enfrentarse a este tipo de instancias. Pero La Natividad jugó un partid aún mejor que el de la semifinal. Literalmente borró de la cancha al equipo de la patrona francesa Corinne Ricard (heredera del imperio de bebidas Pernoud Ricard) para llevarse su primer título de Triple Corona.

Fue una actuación memorable del equipo de los hermanos Castagnola. Capitaneados por un Polito Pieres montando como nunca, La Natividad no le dio opciones a Murus Sanctus. Lo sometió desde el inicio del partido, jugando con una agresividad notable, con un enorme despliegue y un taqueo excepcional. 

Desde el minuto cero La Natividad se mostró más rápido en las vueltas, más atento para anticipar las jugadas y más certero a la hora de apuntar a los mimbres. Cuando un equipo tiene a los cuatro jugadores en el máximo de su nivel es muy difícil que el rival pueda encontrarle la vuelta al partido, máxime cuando se trata de un equipo con poco rodaje por más que se encuentre compuesto por jugadores de enorme categoría. Esto le paso a Murus Sanctus, que siempre lució incomodo ante el juego intenso que propuso el equipo de Cañuelas desde que lanzaron la pelota en el primer throw in. 

Con Pablo Pieres enorme en su despliegue, con la sapiencia en el manejo de la bocha de Barto Castagnola, con la seguridad del sudafricano Du Plessis y con un Camilo Castagnola intratable en la ofensiva, La Natividad fue acumulando ventajas desde el comienzo para ir maniatando al equipo vestido de azul. 

El gran rendimiento del equipo con base en Alejandro Petión hizo que manejaran con tranquilidad un atisbo de reacción de Murus Sanctus en el cuarto chukker, en lo que fue el tramo de mayor paridad en el encuentro. Pero fuera del algún pasaje circunstancial, el conjunto de los Castagnola pareció una sinfonía en donde ninguno desafinó. Jugó un polo lúcido, abierto y claro, pegándole a la bocha con el medio del cigarro con goles de gran factura Pero al igual que lo ocurrido con La Dolfina, la concentración y el despliegue con que transitó la cancha hizo que se mostrara en la tarde del sábado como un equipo imbatible. 

Crédito: Pablo Ramírez.

Cualquiera que hubiera estado enfrente iba a pasarla mal frente al conjunto de Cañuelas, que jugó un partido impresionante y se quedó con el título con un memorable 14 a 8 final. 

Intensidad para defender y disputar la pelota, claridad para jugar y certeza para definir fue lo que exhibió La Natividad en los ocho parciales del partido. Un partido que significó para la organización de Cañuelas su primer título grande. Un mérito indudable para la creación de Lolo Castagnola y Camila Cambiaso, quienes apostaron desde hace una década a un trabajo sostenido que les permitiera una plataforma de despegue y desarrollo para el talento natural de sus hijos. 

Hoy La Natividad disfruta de cosechar lo que sembró en innumerables torneos disputados en toda la geografía del país polero. Sea en canchas de tifton o en el césped pelado de algún club del interior. Es la muestra acabada de que la suma de talento y trabajo resultan necesarios e inescindibles para llegar el más alto nivel, aún cuando estamos hablando de un equipo con jugadores que no han alcanzado ni por asomo su techo. 

Crédito: Pablo Ramírez.

Alguna vez escribimos que el cielo era el límite para los Castagnola. Hoy ambos juegan mucho más de los 9 goles que marca la pizarra y se encuentran encaramados en los más alto del planeta polo. Una brisa de aire fresco que si bien se veía venir necesitaba de esta confirmación. La de un título triple corona que quedará en la historia como el primero de La Natividad 

SÍNTESIS

• La Natividad 14 - 8 RS Murus Sanctus
• La Natividad: Camilo Castagnola 9 (9 goles, tres de penal), Pablo Pieres 9 (3), Bartolomé Castagnola (h) 2, Ignatius du Plessis 9. Total: 36. 
• RS Murus Sanctus: Facundo Sola 9 (2), Guillermo Caset 10 (2 penales), Pablo MacDonough 10 (1, recibió una tarjeta amarilla en el sexto chukker), Juan Martín Nero 10 (3, uno de penal). Total: 39. 

• Progresión La Natividad: 2-1, 4-1, 4-1, 6-3, 9-5, 11-5, 13-8, 14-8. 
• Umpires: Guillermo Villanueva & Gastón Lucero. 
• Tercer hombre: Martín Pascual.  

ENTREGA DE PREMIOS: 

• Premio Javier Novillo Astrada al MVP: Pablo Pieres. 
• Premio Fair Play al Caballero del Polo: Camilo Castagnola. 
• BPP Copa Daniel Kearney (Hurlingham Club): Open Voina (Ellerstina Pícaro x Grappa Gallera), jugada por Pablo Pieres. 
• Premio AAP al mejor caballo de la final: Monkey Puzzle (Osh Kosh x Cheeky Monkey SPC), jugada por Pablo Pieres. 
• Mejor Producto Jugador Polo Argentino inscripto entregado por la AACCP: Latia Ramona (Open Cabernet x Future Rayuela), jugada por Bartolomé Castagnola (h). 

Leonardo Garavaglia

Escrito por: Leonardo Garavaglia