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Los hermanos Marcos y su novela Muerde muertos

La presentarán este sábado, desde las 19, en la Biblioteca Sarmiento de Cañuelas, con la compañía de Claudia Cortalezzi y Juan Manuel Rizzi.

Enmarcados: Carlos y José María.

Enmarcados: Carlos y José María.

Este sábado 20 de octubre, se presentará la novela “Muerde muertos (quién alimenta a quién…)”, de los hermanos José María y Carlos Marcos, en la Biblioteca Popular Sarmiento de Cañuelas (Lara y 25 de Mayo), desde las 19 horas. Claudia Cortalezzi y Juan Manuel Rizzi dialogarán con los autores y realizarán comentarios de la obra.

Nacidos en Uribelarrea, los hermanos Marcos publicaron en 2007 su primera novela en colaboración, titulada “Recuerdos parásitos (quién alimenta a quién…)”, que el escritor Alberto Laiseca consideró como una “obra profunda” que mezcla la figura del doble con la tradición de los asesinos seriales.
 
Carlos Marcos
(1972), bibliómano, escribiente y leedor, es bibliotecario de la Escuela Freudiana de Buenos Aires.

José María Marcos (1974), magíster en Periodismo y Medios de Comunicación (Universidad Nacional de La Plata), escribe para las revistas Insomnia y miNatura y dirige La Palabra de Ezeiza. Ambos ganaron el Premio Sudaca Border 2011 (Eloísa Cartonera) y comandan la editorial Muerde Muertos.
 
“Muerde muertos (quién alimenta a quién…)” es una novela epistolar que transcurre entre Buenos Aires y Salamanca, reconstruyendo los pasos de los extraños muerde muertos. Mientras que Blaise Orbañeja busca el “Tratado teórico del oficio de muerde muertos”, Jesús Figueras Yrigoyen quiere saber sobre el destino de su hermano Ignacio. Cada uno tiene algo que el otro desea, y sólo juntos pueden llegar a descubrir por qué el azar los ha puesto en el mismo camino.

LOS MUERDE MUERTOS

La nueva novela de los hermanos Marcos lleva el mismo sello de la editorial que ellos crearon en el 2010.

Al respecto, José María explicó: “La novela surgió porque queríamos contar qué son los muerde muertos, o croque-morts, como se los llama en Francia. Los croque-morts existieron como profesión vergonzante, emparentados con verdugos y enterradores, profesión transmitida familiarmente y mantenida entre tinieblas por su mismo carácter. Es más, el término ‘croque-morts’ subsiste aún en Francia como modo denigrante hacia quienes trabajan en los cementerios o en las funerarias. Los muerde muertos cumplían con el protocolo pre-médico de comprobar la efectiva muerte de un sujeto mediante una buena mordida en el dedo gordo del pie. En la época de las grandes batallas, mucho antes de que Francia se configurara nación, se los utilizaba para diferenciar a vivos y a muertos mediante el mismo procedimiento”.

DIJERON DE LA NOVELA

Leonardo Oyola (Premio Dashiell Hammett - XXI Semana Negra de Gijón): “Dos ciudades. Dos hombres. Dos misterios. Se cruzan en intercambios epistolares. Como la historia de un conde legendario o la de un doctor que pretendió ser Dios. La comparación no es gratuita. Y tampoco exagerada. Porque para abanderar el clasicismo del género en el comienzo del siglo XXI hay que tener espalda. Y acá hay de sobra. Dos. La de los hermanos Marcos. Dos grandes escritores que se animan a lo tradicional en tiempos en los que la tecnología 2.0 está a punto de ser obsoleta. La escritura de Carlos y José María Marcos tiene una precisión matemática. O para ser más exactos con esa ciencia, una precisión binaria. Creo que es el piropo que mejor le calza a esta relación obsesiva... entre dos”.

Juan Francisco Blanco (filólogo, Director del Instituto de las Identidades de la Diputación de Salamanca): “He leído con enorme sorpresa y grandísimo placer esta novela. La implicación de Salamanca en una trama de asunto prodigioso no puede ser más afortunada. Es el sino de esta ciudad (Helmantiké, la llamaron los griegos, “tierra de adivinación”), en la que la Cueva de Salamanca, el mito cultural más ampliamente exportado desde Salamanca a las Américas, no es sino la punta del iceberg de la carga mágica que acompaña nuestra historia. Las referencias a la taumaturgia del patrono de la ciudad, o a la famosa Cueva, imprimen a Muerde muertos (quién alimenta a quién...) un aura de verosimilitud desde la perspectiva de un salmantino. Nada que objetar a la obra; antes bien, reconocer mi admiración. Sólo espero que los lectores sepan hallar la complicidad necesaria con la novela, a la que deseo larga vida”.

Diario El Argentino: “Muerde muertos es el relato de una búsqueda, es el intento desesperado por recuperar un pasado perdido y un presente que se escurre entre los dedos de Jesús y Blas, un bibliómano y un periodista que persiguen sendos objetivos. Uno, conseguir información sobre el cadáver de su hermano asesinado en manos de una secta; el otro, el Tratado teórico del oficio de los muerde muertos. El misterioso libro trae aparejada dicha búsqueda, y el encuentro es algo similar a un laberinto sin salida, hacia la muerte”.

Pilar Alberdi
(Málaga, España): “Después de haber leído la obra, sin poder abandonar sus páginas, una rápida mirada sobre la estructura nos desvela la presencia mítica y mística del doble, que tanta influencia ejerció en escritores como Jorge Luis Borges, a quien también se cita en esta obra. De esta manera, lo real subyace en lo fantástico, es un eco que nos habla del deseo de la no-muerte y la eterna juventud, del sentido que se busca y se anhela para la propia vida, porque nunca faltará ‘gente dispuesta a creer en maravillosas falsificaciones’ de la realidad, en algo muy parecido a la vida, pero que por mucho que se intente, nunca terminará de ser esa vida que esperábamos para nosotros o para los demás”.

Mercedes Giuffré (autora de Deuda de sangre, El peso de la verdad y El carro de la muerte): “Es muy difícil articular una novela epistolar en la actualidad. ¿Y cómo se hace? En esta novela está la respuesta: animándose a actualizar lo clásico con las preocupaciones de hoy. Este es un gran hallazgo de la novela, al igual que la recreación del clima libresco con coleccionistas, fanáticos, lectores, muy relacionados con grandes obras sobre la búsqueda de un libro. Celebro que tengamos ahora en Buenos Aires y en Uribelarrea autores con una novela epistolar. Puede sonar a una locura, sí, pero en lo que a mí respecta sólo puedo decirles que sigan con esta locura”.

José María Franchino Arnaiz (periodista): “Es un relato que atrapará a los amantes de las novelas de misterio y a los lectores en general. Es una historia con acción, pero desbordante de ideas, una novela contemporánea que recupera la costumbre de los clásicos preocupados por mejorar la calidad de las preguntas esenciales de la vida. Un acierto en estos tiempos veloces”.

Juan Barsky (director de Gardel Buenos Aires): “Muerde Muertos (quién alimenta a quién...) recupera un sentido lúdico de la narración, atacando estilos clásicos, enviando pistas falsas y autorreferencias permanentes. Ojalá que Yrigoyen y Orbañeja hallen el Tratado teórico del oficio de muerde muertos. Es un libro que, si no existe, merecía existir”.

Hércules Poirot (Te Digo Masss): “Muerde muertos es, a su manera, un homenaje a los libros. Diría que a todos. A los que nos han entretenido. A los que nos han echo llorar. A los que nos han echo reír. A los viejos y a los que vendrán. A los de terror y a los de aventuras. El amor a la literatura trasunta cada página de la obra y es algo que nos recuerda constantemente la pasión, el calor y la contención que podemos encontrar en un libro”.

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Escrito por: Redacción InfoCañuelas