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19 de diciembre. Cañuelas, Argentina.

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Tasa Vial Municipal contra la actividad económica

Hace 18 años que el Ejecutivo está creando tasas para sostener lo mismo. Con el impuesto a los combustibles tampoco va a alcanzar. Escribe: Leonardo Iturmendi.

Cartel de advertencia a los clientes en los surtidores de Ezeiza.

El impuesto municipal a la nafta, gasoil y GNC puede reducir fuentes de trabajo, esto es lo primero que tienen que entender los que diseñaron la Tasa de Mantenimiento Vial.

Por su ubicación estratégica Cañuelas no es comparables con otros distritos que han tomado esta triste decisión.

Hay infinidad de transportes de gran magnitud que cargan combustibles en las estaciones de servicio de nuestra localidad y que vienen desde distintos puntos del país. ¿Por qué seguirían cargando combustible en Cañuelas si ahorrarían el 1 o 2 % del costo cargando en localidades vecinas? En tiempos de crisis, cuando el secreto de la actividad económica es la competitividad, que requiere un seguimiento exhaustivo de los costos. ¿Sería lógico seguir cargando gas oil en Cañuelas si ese costo aumenta? Un tema delicado a evaluar.

La misma suerte corren los transportistas de la localidad, tanto los de carga como los de pasajeros, quienes para poder sostener su actividad están con una lupa en los costos operativos de su organización.

En una sociedad que prioriza y valora como una política necesaria y fundamental la baja de la inflación, crear nuevos impuestos no es una decisión política acertada.

Desde los bloques de concejales de la oposición que me tocó ser parte, venimos planteando hace varios años que el modelo de administración del kirchnerismo local tiene un destino negro, porque no se adapta a la dinámica de la administración actual, basada en eficiencia, transparencia y productividad. Por el contrario, continúa en la misma lógica de hace 20 años cuando tomó el poder. Su política fiscal tributaria no se ha modificado para nada en un mundo que ya no es el mismo.

En 2009, cuando necesitó recursos, este modelo de administración creó los adicionales, que se supone que también eran afectados para Obras Públicas. Después, mediante diversas ordenanzas (Bomberos, Emergencia) tuvieron que ir buscando la vuelta porque usaron esos fondos para los gastos corrientes.

Además de los adicionales, se constituyó la fórmula de actualización de las tasas, que dura hasta nuestros días, con una impronta totalmente regresiva: le aumentan a todo el mundo por igual y generalmente por encima del coeficiente de inflación.

Vino el Mercado Agro Ganadero con la promesa de ser el oasis de la cuestión tributaria que salvaría las cuentas municipales. Se crearon nuevas tasas y comenzaron a ingresar millones de pesos que antes no se recibían. No alcanzó.

Luego vinieron las fotomultas, un intento improvisado que engrosó la recaudación a costa de la bronca de la población por actas mal labradas. Tampoco alcanzó.

Ahora llega el Impuesto a los Combustibles y la singular Contribución a la Revalorización Inmobiliaria, ¿un invento cañuelense como el dulce de leche? 

Gobernar es explicar. Si les van a exigir más esfuerzo a los contribuyentes deberían, como mínimo, dar los detalle de lo que se va a cobrar. No hay que esconderse y menos cuando se trata del bolsillo de la gente. 

No es el primer intento del impuesto a los combustibles en Cañuelas: a finales de 2017 el entonces Intendente Arrieta envió la iniciativa al Concejo Deliberante, pero el triunfo de aquel año de Cambiemos no le dio el aval popular, sumado a que algunos concejales del mismo peronismo cuestionaban con firmeza la medida (como la hoy diputada Ayelén Rasquetti). Por eso la idea no prosperó.

La cuestión es que con estos nuevos tributos tampoco va a alcanzar.

¿Por qué no va a alcanzar? Del 2007 (primer Gobierno K) a la fecha, ¿cuántas transformaciones se hicieron buscando la eficiencia en temas administrativos? ¿Mejoró la agilidad en la gestión? ¿Se incrementó  el patrimonio municipal? ¿Mejoraron los servicios ? ¿Cuántas salas nuevas de primeros auxilios están a la vista? ¿Qué obras se hicieron con esos fondos propios generaron por las tasas? ¿Cuán productivo es el Organigrama?

Hace 18 años que el Ejecutivo está creando tasas para sostener lo mismo. La recaudación seguirá cayendo en un saco sin fondo si no se hace una reingeniería de los procesos municipales que agilice y eficientice la prestación de servicios.

PD: mate de por medio, nadie contó en la campaña 2025 que iban aumentar impuestos como primera bandera de la nueva mayoría. Vicios de la política moderna.

Escrito por: Leonardo Iturmendi