Desde hace 29 años Marcelo Toledo es un referente nacional en materia de paramotores y paratrikes. Luego de desarrollar su actividad en distintas locaciones de la Autopista, la Ruta 3 y el acceso a Uribelarrea, hace unos meses se instaló en el predio de la parrilla Don Cipriano, entre la ciudad de Cañuelas y el barrio El Taladro.
En un espacio de siete hectáreas, Toledo y su escuela La Búsqueda se dedican tanto a formar pilotos como a ofrecer el servicio de vuelos para aficionados.
Los visitantes pueden experimentar la increíble sensación de volar en un paratrike o simplemente pasar la tarde en una reposera con el mate, apreciando el armado de las velas, las maniobras de despegue y aterrizaje. Los chicos tienen espacio más que suficiente para correr, jugar a la pelota o remontar barriletes.
Antes de continuar es importante aclarar algunos conceptos. El paramotor se asemeja al parapente por el hecho de que comparten la misma vela (ala) pero no la misma forma de volar. Mientras que el parapente se mantiene en vuelo aprovechando las corrientes de aire ascendentes, el paramotor no depende de las corrientes térmicas sino de un motor con hélice que permite elegir la distancia y altura del vuelo. Un piloto de paramotor despega desde un terreno llano corriendo con el equipo adosado a su espalda, como si fuera una gran mochila.
El paratrike es un parapente equipado con un carro biplaza y un potente motor que también permite aterrizar y despegar desde cualquier sitio llano. En el asiento trasero va el piloto y en delantero el invitado. Por las características de la aeronave, el pasajero tiene una visión de 180 grados, sin ventanillas ni cabinas que se interpongan con el paisaje. Una vez alcanzada la altura deseada, el piloto puede apagar el motor dejando que el paratraike flote como una burbuja, en el más absoluto silencio.
La Búsqueda funciona todos los días a partir de las 15 hs. Durante la semana predominan los cursos para pilotos, con una duración de 45 a 50 horas distribuidas en tres meses.
Los que deseen hacer un vuelo bautismo tendrán la posibilidad de sobrevolar un radio de 7 kilómetros alrededor de la base, con una visión panorámica de Uribelarrea, la laguna de Lobos, la laguna de Navarro, la ciudad de Cañuelas y todo el entorno rural.
La condición para subirse al paratrike es tener un mínimo de 25 a 30 kilos y un máximo de 105. No hay límites de edad: hace unos años Toledo acompañó a una mujer de 94 años que cumplió el sueño de volar por primera vez.
Estos vuelos para aficionados (con una duración de 30 minutos entre despegue y aterrizaje y 15 minutos reales en el aire) tienen un costo de 4.500 pesos.
Los interesados pueden hacer su reserva mediante un WhatsApp al 11 6092-0495 o dirigirse directamente al predio de la parrilla Don Cipriano en el km. 71 de la Ruta 205, a 5 minutos de la bajada de la autopista Ezeiza Cañuelas.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas