24 de abril. Cañuelas, Argentina.

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La Guardia del Juncal espera

Medio centenar de cañuelenses se trasladaron al histórico fortín de Udaondo donde compartieron un asado y el deseo de que este sitio histórico reciba la atención que merece por parte de las autoridades.

El domingo 27 de abril se realizó la Segunda Caravana a la Guardia del Juncal, organizada por InfoCañuelas y el Rancho Cultural Los Uncalitos, de Susana Frasseren y Pablo Garavaglia.

Medio centenar de vecinos aprovecharon la cálida jornada otoñal para participar en este raid que transitó por los polvorientos caminos del Potro y La Fortuna para llegar al apacible universo de la Guardia, donde aguardaban un asado y el silencio profundo de los montes.

Susana Frasseren, amiga de InfoCañuelas en esta "patriada", reprodujo sus sensaciones en esta carta abierta.
 
CARTA ABIERTA
El tiempo fluye con mucha rapidez para algunas cosas y, en el caso de la preservación de la Guardia del Juncal es así, por más que quisiéramos que los plazos se hayan cumplido y las obras estuvieran realizadas.

Más aún desearíamos que este sitio ya fuera visitado, sobre todo por docentes y alumnos para tener contacto con la historia y con la naturaleza.

Porque éste fue un lugar en guardia contra los pueblos originarios de esta región bonaerense, nos guste o no nos guste, hayamos venido de los barcos o tengamos algún ancestro que era parte de aquellos habitantes, primitivos dueños de la tierra.

Ahí están, en el corazón de Udaondo, 28 hectáreas de campo arbolado por los sucesivos pobladores una vez que se corrió la frontera.

Hay acacias, eucaliptos, talas autóctonos, un añoso ombú que se recorta en el horizonte desnudo y otras especies que no sé nombrar pero que les digo árbol y fundan ese monte bello que no sólo da sombra; constituye de por sí, la belleza.

Los maltratados edificios de 1870 esperan la intervención urgente. Las piezas aportadas por el donante del campo, Ronaldo Urruti, se "amojosan", como dicen los paisanos, amontonadas sin ningún cuidado, aguardan ser expuestas como lo fueran hacia 1998.

¿Es que los cañuelenses no queremos tener memoria? Es que las generaciones que han pasado creen ser cada una de ellas las fundadoras. Siempre hay alguien que estuvo antes, y ahí, en El Juncal, están las marcas que contribuyen a la identidad de un pago.

Ahora El Juncal es de todos los cañuelenses, no del gobierno de turno. Es un bien cultural que debemos cuidar y mostrar. Es un sitio a disfrutar porque la naturaleza allí es pródiga.

Los bienes culturales deben ser objeto de preservación; hacen a la salud de la población tanto como un hospital funcionando con excelencia o como una escuela pública de excelencia. El Juncal tiene un enorme potencial educativo.

El domingo 29 de abril lo volvimos a visitar. Pasamos un día excepcional, con gente de Cañuelas, Máximo Paz y Udaondo.

Para destacar y agradecer la recepción de la familia de don Ismael Etcheluz, que nos esperó con el fuego encendido, rito que reunió a todos y produjo el intercambio.

Marcelo Di Giácomo, hizo una reseña sobre el lugar, con el pintoresco y por momentos dolorido aporte de don Ronaldo Urruti.

Compartimos un sentimiento, unos deseos de ver ese lugar en condiciones. Cada uno de los que allí vivimos esa jornada de otoño, con tranquilidad espiritual y camaradería, sostendremos las decisiones de las autoridades de reparar, preservar y abrir a la comunidad del Partido de Cañuelas El Juncal, a sólo 30 minutos de la cabecera del distrito, del cual todos somos dueños.

De ese sentimiento en el corazón participó el intendente Gustavo Arrieta y su esposa Marisa Fassi, ambos comprometidos con esta tarea. Que así sea. 

Hasta la próxima visita, juntos.

Susana Frasseren
 
INFOCAÑUELAS

Escrito por: Redacción InfoCañuelas